lunes, 26 de diciembre de 2011

Costa Chilena: Hermosa y Durísima I

Luego de estar un buen tiempo en Concepción y en Santiago ya era hora de seguir mi camino. Una vez ya listo me dirigí a La Calera donde había dejado la bici, hice mis compras respectivas y a dormir tranquilo.

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Buen día para pedalear destino Valparaíso y para suerte mía aun estaba en condiciones aunque a los pocos kilómetros recorridos escuche un pequeño ruido en la rueda trasera, un rayo, pero bueno nada que no pudiera solucionar, medio enderece la rueda y así seguí mi ruta la cual era bien aburrida. Autopistas con carros que me pasaban con todo su ruido, pero más pesado se puso cuando en un peaje no me dejaron pasar y me dijeron que tenía que tomar la ruta nacional, esta se trata de una carretera vieja y angosta por donde pasan todo los buses interurbano ya que no pueden darse el lujo de pagar los costosos peajes!

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Listo ya en Viña del Mar, casa muy bellas junto a las frías playas del océano pacifico y de un momento a otro que no sabes cuando entras a Valparaíso una cuidad mas de estudiantes y de una vida más bohemia con grandes subidas y muchas casas juntas en los cerros. Aquí me recibe Pablo Ortiz un amigo músico con ganas de compartir conmigo su casa mientras yo termino de arreglar mi bici. Y para mi gran sorpresa puede encontrarme con mi hermana Paula Gómez (hermana de El Líder). Luego de pasar dos noche en Valparaíso y conocer la un de las casas de Pablo Neruda me dirigí a Quintay por la recomendación de otro ciclista que se encontraba allá. Pensé como siempre que iba a ser fácil ya que quedaba cerca en relación con las otras distancias que ya manejaba pero salir de la ciudad no fue tarea fácil, pues son una subidas como si fuesen hechas en contra de los ciclistas hasta tuve que bajarme un par de veces a empujar la bici.

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Quintay es una caleta de pescadores que cerca al año 1900 se fundó unas de las balleneras más grande e importantes de Chile. En este hermoso pueblo fui muy bien recibido por el Italiano Alessandro Alessandrini otro cicloviajero junto con el Figura (Mauricio Álvarez) dueño de la casa donde está El Palomito, el único kiosco de comida rápida que funciona en Quintay. Podría decir que es unos de los lugares que siempre querré regresar. Es un pueblo que está lleno de bosques de pinos (todos privados), con una playas hermosas, con gente magnifica, y en especial todos los perros de la casa. Cada vez que podía me iba con el italiano a limpiar la playa y no puedo olvidar que en una ocasión una familia nos pregunto por qué hacíamos eso, si por trabajo o por reciclar, a lo que contesta el Alessandro: “para que no se vea sucia una playa tan linda” con esto el papa le dice a sus hijas vamos a colaborar con ellos así que cada quien recoja un papel, para nosotros fue imposible no reírnos pues la playa estaba llena de basura y ellos solo querían recoger un papel pero de igual manera la ayuda fue muy bien recibida. Justo cuando nos íbamos con dos bolsas negras de basura cada uno nos volvemos a encontrar a la familia y el padre dice: “un aplauso para los muchachos” y a lo que El italiano responde: “No, Los Aplausos no sirven de nada”, una frase que nuca olvidare.

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Después de veinte días en Quintay, sin hacer ejercicio y de haber pasado por una conjuntivitis me hago de voluntad para seguir el recorrido. Nos es mucho lo que recorro, 18 km, pero llego a una playa hermosa, Playa Tunquén, donde me quedo en la orilla de la playa vacilando el atardecer. Aunque esos 18 km fueron bastante duros ya que estas costas están llenas de subidas con grandes grados de inclinación.

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Ya tratando de agarrar el ritmo seguí hasta San Antonio, esta es una ruta de muchas subidas fuertes que más rápido se me agotaba la paciencia que las fuerzas. En esta ruta pase cerca de otras de las casas de Pablo Neruda y por lugares muy bonitos, los cuales solo son casa y apartamentos de veraneo de gente con grandes poderes adquisitivos.

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A la final pude llegar muy cansado y me fui rápidamente para los bomberos para probar mi suerte y la primera respuestas fue que no. Pero no me fui, me quede hablando y charleando hasta que uno de los bomberos me dijo bueno pasa pero vamos a guardar tus cosas en un cuarto y sales a recorrer y te vienes a las 9 de la noche cuando ya estemos seguro que el jefe no vendrá pero eso si te tienes que ir temprano de la mañana, jejeje, y yo por supuesto no puse ningún problema e hice todo como me dijeron.

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Muy temprano de la mañana como se suponía salí del cuartel de bomberos de San Antonio con destino a un pueblito llamado Navidad, y este ha sido unos de los días más raros que he tenido en el viaje de cierta manera. Después de haber recorrido unos 40 km me pasa una camioneta y se para de una manera muy rara y cuando me doy cuenta en un niño manejando con su papa al lado y el hombre me llama y me pregunta que a donde voy y le digo que a Navidad y él me dice tranquilo yo te llevo, a lo que le respondo no señor tranquilo solo me faltan 10km que no es nada, el insistió de tal manera que bueno dije vamos pues. Y me tranquilo que manejo yo, y en el camino me dice: “mi hijo manejaba porque yo me torcí un tobillo y me duele al manejar” y cuando me cuenta toda la historia de lo que le había pasado ya me quería bajar. Y por supuesto el señor se había tomando el día anterior varias cervezas. A todas estas en medio camino me pregunta que si yo sé manejar jajaja, ahí me di cuenta por donde venia el asunto, así que de un momento a otro pase de manejar una bicicleta a manejar una camioneta por carreteras chiles y los mas chistoso era que aun cargaba mi casco. El señor vomito por todo el camino mientras que el hijo (Lukas) y yo hablamos para disimular la parte. Y de pronto se escucha huuuugooooooo (sonido típico al vomitar) y después disculpa juansito! Jejeje no me lo podía creer. A la final de todas termine durmiendo en su casa y cocinándoles!

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Al día siguiente sin que nadie me escuchara me levante, comí y me fui ruta Pichilemu, y la ruta nada que cambiaba, parecía una montaña rusa, pero supe pedalear muy bien que me hice unos 87 km. Pichilemu es bien es un pueblo bien conocido por los surfistas, ya que muy cerca se encuentra una playa llamada Punta de Lobos, por lo que el pueblo es bien turístico y lindo. Cuando llegue bien cansado me fui directo a los bomberos quienes me atendieron muy bien. En cuartel jugué billar, me cocinaron, salí a pasear por ahí y realmente la pase muy bien, pero sin tiempo para el descanso al día siguiente salí bien temprano como ya me era costumbre.

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Continuará…

1 comentario:

  1. Me encanta leer tus experiencias en la ruta, mi amor. Dios te acompañe y te bediga. te quiero mucho. Tu 1/3 de maquina (Tu madre).

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