jueves, 7 de octubre de 2010

Caminos del Inca

Ya listo para seguir mi camino a Cusco me di cuenta que no podía o no quería salir de Lima en bicicleta por lo que tomé un bus para Huancayo, el bus salió a las 10 pm y llego a las 5 am desde donde empecé a pedalear de nuevo con una sola meta, la de llegar a Machu Picchu la cual es una de las tantas trazadas para este viaje. A eso de las 5 y media de la mañana arme toda mi bici junto con mi equipaje y me dedique a pedalear, pues afortunadamente ya me encontraba a unos 3300 metros sobre el nivel del mar, pero de igual forma me toco subir ese día y realmente no sabía hacia donde me dirigía, es decir, sabía que iba hacia Cusco pero no tenía idea de donde pasaría la noche. A los 20 minutos de andar encontré un lugar donde comer y pedí lo que ellos llaman menú, y con eso se refieren a que ya tienen un menú preparado y nada más. Le pregunte a la señora que me atendió cual era la ruta hacia Ayacucho a lo que me respondió que me había paso el cruce pero que podía seguir y tomar otra carretera que conectaba con la que se dirigía hacia Machu Picchu. Lo mejor de todo fue que al encontrar dicha carretera me di cuenta que no iba a ser tan fácil ya que era de tierra y muy accidentada y según lo que me indicaba el GPS que era de aproximadamente 10 kilómetros. Ya una vez en la vía correcta empezaron las cuestas pero no como en ecuador ni en Colombia esta eran más aceptables, su inclinación no era tan pronunciada, era un buen asfalto pero algo me parecía raro y es que ya no estaba pedaleando con Fufo, el silencio era tal que se podía oír, y pues me di cuenta que estaba solo de nuevo. Después de un buen rato sobre la bici, me pare un rato a descansar y meditar sobre mi viaje, no sabia y no entendía porque estaba viajando lo cual no pudesolucionar en el momento así que tomé mi bici y seguí pedaleando sin rumbo definido.
Mi desanimo fue tal que decidí parar en lugar a pasar la noche y descansar ya que en el bus no puede dormir del todo. A eso de las tres de la tarde ya tenía mi campamento armado y ya estaba despertando de una pequeña siesta y justamente cuando abro la puerta de mi casa me doy cuenta que vienen subiendo una pareja de cicloviajeros, Marc (español) e Indira (chilena), estuvimos hablando un buen rato y les pregunte que si podía viajar con ellos a lo que ellos me respondieron que si, con compañía estaba nuevamente. Una vez los tres en carretera pudimos llegar a un pueblo pequeño llamado Izcuchaca, y como llegamos algo tarde rápidamente nos movimos a buscar donde quedarnos. Fuimos a la comisaria a preguntar dónde nos podíamos quedar y nos ofrecieron un cuarto que por los momentos no estaban usando, nos facilitaron la cocina y el baño con ducha caliente, perfecto para nosotros. Al día siguiente igualmente seguimos pero sin saber a dónde íbamos a llegar, pero igual la travesía fue bastante amena, nos parábamos a hablar, a descansar y cada quien a contar las experiencias que había vivido en este viaje. El camino era de tierra, pero sin mucha pendiente, justamente estábamos al lado del rio Pampas, pasamos por túneles de roca, y los peor de todo era la cantidad de carros que nos pasaban pitándonos de una manera que desesperaba, pero lo curioso era que al verles en la cara una sonrisa entendíamos que era para saludar, era difícil no molestarse cuando te pitaban a parte de la cantidad de tierra que levantaban al pasar. Después de unos 85 kilómetros ya de noche y yo sin agua logramos llegar a Anco (La Esmeralda), aquí nos quedamos en el edificio de la comunidad que estaba en construcción. Como es de costumbre mucha gente alrededor de nosotros preguntando todo lo que se les podía ocurrir. Aun mas cuando miraban nuestras cocinas y cuando al fin logramos comer tranquilos no nos costó mucho quedarnos dormidos. En la mañana ya despiertos escuchamos algo parecido a una retreta y un local nos comenta que ese día se celebra una tradición por San Pablo, la que consistía en cortan un tronco y llevarlo a un pueblo que quedaba no solo al otro lado de la montaña sino que también por los menos 1200 metros más arriba. La tradición duraba unos 4 días (lo que se demoraban en subir el tronco). Esta tradición es llamada VigaHuantuy (palo cargan entre varios), son varios grupos los que se organizan y de varias edades y dependiendo de la fortaleza del grupo será el grosor del trunco a cortar, la vestimenta de los cargadores es algo particular, llevan flores en los sombreros y medias muy coloridas, y mientras más desempeño hubiese tenido en años anteriores mas colorido era su ropa. En fin VigaHuantuy viene de la época de los misioneros, cuando los sacerdotes ponía a los aborígenes del lugar a llevar estos troncos para hacer una iglesia en el otro pueblo (no se cual es nombre), se hace para una demostración de fortaleza y en honor a San Pablo. Lo curioso fue que nos invitaron a tomar fotografías de tal hazaña, era impresionante ver como los nativos con la boca llena de hojas de coca y con ron de caña se subían el tronco a unas frazadas que se ponían en la espalda para soportar el peso y nos le lastimara. Cuando el grupo necesitaba descansar otros compañeros sostenía la viga solo como quitándoles un poco de peso y a la hora de bajar el tronco todos de manera simultánea se tiraban al piso de espalda, ver esto fue algo muy impresionante y lo cual buscaba ver durante mi viaje.
Al terminar la sesión fotográfica, nos invitaron a un matrimonio Quechua, con la misma razón de que fuéramos a tomar fotos, pero con el pequeño problema que pueblo donde íbamos quedaba a dos horas y nos ofrecieron ir atrás en un camión. Y como la idea de este viaje a parte de la aventuras conocer ciertas tradición o culturas diferentes a las que estoy acostumbrado a ver decidimos ir a ver cómo nos iba. Nos subimos al camión con un montón de gente de la zona que también iba a celebrar el casamiento y lo hacían de la siguiente manera, cada vez que pa
sábamos una casa o varias casas el carro se detenía y cada una de las familia le regalaba comida a los recién casados, pero comida ya preparada como huevos fritos, cuyes, cochino asado, arroz, espagueti, y mucha pero mucha gaseosa (refresco) y no tanto eso sino que tenia a un encargado de contar toda la comida porque luego ellos la tendrían que regresar cuando en las otras familias hubiese algún matrimonio jejeje algo loco pero cierto. Al cabo de dos horas había una gran cantidad de comida y gaseosa de la cual nos brindaron un poco y todos nos preguntaban si nos gustaba su tradición y como era en nuestro país. Luego de más de 2 horas y por una carretera realmente atemorizante logramos llegar al pueblo Lambrasniyocc residencia de nuevos esposos, donde comimos y vimos como regalaban en esta caso ya los obsequios como camas, colchones, cocina, bombona de gas, dinero y otros pero antes de entregarlos tenían que bailarlos jejeje. Algo realmente nuevo y loco para Marc, Indira y para mí. Ya a las ocho de la noche era hora de regresar pero nuestro chofer estaba tomando lo que no nos alegro mucho, ya que la ruta no es precisamente atractiva que digamos, por esta razón decidimos quedarnos esa noche en el pueblo en la casa de los esposos y para sorpresa de Marc e Indira les dieron el colchón que le acababan de regalar para dormir y pues yo no corrí con la misma suerte, me dejaron dormir sobre un piel de ovejo.

Al día siguiente en la mañana ya estaba listo el desayuno, una sopa de mondongo de primer plato y de segundo carne con mucho arroz, y eso que estoy comiendo siento algo en mi cabeza que fastidia y lo que no podía faltar una garrapata. A las 9 de la mañana nos montamos en otro camión donde llevaban a los músicos y nos regresaron a Anco sanos y salvos. Como llegamos algo cansados y sin poder dormir bien decidimos quedarnos y salir en la mañana siguiente temprano.
Saliendo de Anco nos dirigimos hacia Huanta que era donde empezaba el asfalto pero lo que pensábamos que iba a ser lago fácil no lo fue tanto, el sol nos golpeo bastante y al final hubo un poco de subidas, pero ya en la tarde llegamos y de una vez nos fuimos al mercado a comer algo y después de un helado fuimos a la Municipalidad a ver si encontrábamos algo donde dormir, y corrimos con suerte ya que nos dieron un cuarto de un hostal que tiene el municipio en el terminal de terrestre donde pudimos descansar tranquilos. Al día siguiente llegamos a Ayacucho por puro asfalto y aunque nos toco subida y algo de bajadas el viaje fue relajado y rápido. Una vez en el pueblo de igual manera nos dirigimos al municipio pero acá si no encontramos nada y realmente no fueron nada simpáticos jejeje. Marc logro encontrar un hostal algo económico pero no muy limpio que digamos, así que nos duchamos y fuimos a comer esta vez algo rico gracias a Cadivi. Luego de comer voy al internet a chequear mis correos y me doy cuenta que alguien de Venezuela que vive en Ayacucho me había escrito ofreciendo su casa si pasaba por su pueblo… que tal? Que mala suerte porque ya habíamos pagado el hostal. En la mañana siguiente comenzaba la etapa de alta montaña por lo que nos levantamos temprano y salimos pero antes de dejar la cuidad percatamos que la parrillera de Indira estaba rota y mientras Marc la arreglaba se nos hizo algo tarde como para salir sin saber a dónde llegar, así que llame a Ricardo venezolano que lleva ya unos años en Perú. Muy amablemente nos fue a buscar y nos llevo a su casa donde vive con su esposa y la familia de su esposa y para mas sorpresa mía Ricardo nos empieza a comentar que el también estuvo viajando en bici por Suramérica y si que estuvo viajado, se conoce todos los lugares y tiene certificados de todos por donde paso, estuvo 3 años viajando en bici hasta que llego a Ayacucho donde conoció a su esposa y donde será un futuro padre. Tanto que busque alguien que hubiese hecho este viaje en Venezuela y donde me lo vine a encontrar. El ver como viajo y con qué recursos me dio más fortaleza para viajar y lograr mis metas. En su casa nos cansamos de hablar y echar los cuentos hasta la hora de dormir, y no tan temprano de la mañana logramos que Ricardo nos dejara ir de su casa para seguir nuestro viaje. De nuevo carretera de tierra y para nuestro dolor mucha subida, lo bueno fue que el camino lo estaban arreglando y estaba cerrado hasta cierta hora para el público en general. Después de haber rodado unos 30 kilómetros encontramos una casa rural para pasar la noche junto a una familia de agricultores. Aquí logramos apreciar la construcción de los bloques de adobe y como vive esta familia a unos 3800 m.s.n.m. Luego de pasar mucho frio, nos levantamos a desayunar y arreglar todo para seguir nuestro camino, nos toco seguir subiendo hasta unos 4300 metros sobre el nivel del mar y luego empezar lo que ellos llaman pampas (plano) que no fue más que subidas y bajadas (chinchorros) por unos 20 km y luego empezó el descenso hasta que llegamos a Chumbes y de igual manera buscamos donde dormir, primero fuimos al municipio pero estaba cerrado, luego fuimos hablar con el alcalde y no estaba, por ultimo fuimos a la escuela y hablamos con el vigilante y muy amablemente nos abrió las puertas de un salón para que pasáramos la noche, cocinamos, hablamos y a dormir. La mañana siguiente seguimos bajando hasta unos 1950 m.s.n.m. para luego subir y subir por unos buenos paisajes con la carretera casi para nosotros solos, todo muy hermoso y con mucha energía y en esta ocasión llegamos a un pueblo llamado Uripa a unos 3300 metros de altura acá también llegamos de noche y de una vez preguntamos por el colegio donde también muy amablemente nos dejaron pasar 2 noches para descansar y relajarnos un poco. Ya nuestro próximo destino era Andahuaylas, pero llegar tuvimos que subir hasta los 4300 metros nuevamente donde el paisaje era hermoso, realmente fascínate, que con solo ver tales montañas, ríos formaciones rocosas te sentías satisfecho de todo lo que habías hecho. Luego de ese momento mágico empezó el descenso de unas cuantas horas hasta que a eso de las 4 de la tarde logramos llegar y de una vez me fui al terminal terrestre porque para ese momento era 27 de septiembre y Eloy gran amigo de Venezuela me venía a visitar a Cusco y aun faltaban unos 400 km de distancia. Tome mi bus de 8 horas y llegue a Cusco a eso de las 5 am espere un rato y me vine hasta la casa de Wilian una gran persona que conocí por la web, que sin problema alguno me abrió la puerta de su casa como si fuese la mía, muchas gracias a él y su hermana. Wilian me hizo el favor de encontrar la manera más económica de ir al Machu Picchu para así cuando llegara Eloy tener todo listo, ya que el solo se quedaría unos 5 días. El 30 de septiembre llego en la mañana pero con un poco de mal de altura, así que llegamos a casa de Wilian a descansar y tomar té de Coca. Ya en la tarde un poco mejor salimos a para que visitara la cuidad y comer algo, la mañana siguiente salimos bien temprano en un bus hacia hidroeléctrica, unas 7 horas de travesía y de acá nos toco caminar unas 3 horas mas hasta Aguas Calientes por la vías del tren, este pueblo ya se encuentra en la base del Machu Picchu. A eso de las 4 de la mañana empezamos el ascenso porque llegar temprano era importante para poder ir al Waynapicchu, montaña donde puedes ver la cuidad desde arriba. Al fin llegamos al Machu Picchu bastante emocionado, ya que esta era uno de mis objetivos específicos del viaje y fue bastante impresionante ver toda la edificación que hicieron los Inca hace tanto tiempo y con tanta exactitud. Y poder subir hasta Waynapicchu y por ver la forma que tiene, la organización de los sembradíos me dejo sin palabras. Pasamos todo el día en la cuidad de Machu Picchu haciendo fotos y relajándonos en una de las maravillas de mundo, aunque para mí no hay mejor maravilla que las hechas por la misma Madre Tierra. Hicimos el mismo recorrido para regresar a Cusco y al día siguiente ya Eloy estaba de vuelta para Venezuela, y gracias a él pude subir y conocer la cuidad porque patrocino todo el viaje hasta Machu Picchu, ya que es bastante caro para alguien que viene viajando como yo.
Wilian le abre la puerta de su casa a muchos viajeros, por lo que he conocido a un montón de gente, Argentinos, Alemanes, Holandeses, Chilenos, Chinos, Franceses, etc. Y hemos compartido un montón, gracias a ellos también. Ya tengo 10 días acá y es hora de seguir, puede que mañana o pasado mañana, lo importante es que ya estoy listo para seguir y mis amigos Marc e Indira ya están acá y listo para seguir.

Saludos nos vemos en la Paz, Bolivia nuevamente… besos y abrazos.


3 comentarios:

  1. que fascinante tu descripción de la boda! no me toco tal experencia, pero me gusto mucho el tramo entre huancayo y huanta. espero estar en cusco dentro de 2 semanas.

    ResponderEliminar
  2. Con el corazon como una pasa y los ojos como los de un morrocoy, leo tus aventuras con muchisimo agrado. No me queda mas que dar las gracias a Eloy por su patrocinio a machupichu, a tus amigos de travesia y a todas aquellas personas que te han abierto las puertas de su casa para recibirte, por lo que estoy en deuda con ellos. Mi casa es ahora la casa de cualquier ciclista que quiera pasar por ella. Ya recibimos un canadiense y dos rusas, asi siento que retribuyo de alguna manera todo lo que has recibido lejos de mi y de tu casa. TQM. Tu maiiiiiiii

    ResponderEliminar
  3. Hey, Juanjo! Bueno, veo que los posts te dan mucho trabajo pero son geniales!!

    Suerte con tu próximo destino, ya nos cruzaremos otra vez...

    Saludos!

    ResponderEliminar