Por fin pude lavar toda la ropa en Salta, ósea un buen lavado. Estuve en esta ciudad 4 noches donde pude ponerme al día y planificar mi próxima ruta hacia San Juan por la ruta 40. La ruta 40 es muy famosa por ser la carretera más larga de Argentina ya que recorre de norte a sur todo el país y el saber que iba a estar rodando por aquí ya era un gran avance.
Empieza nuevamente mi día a día, pedalear, esta vez directamente hacia el sur, el camino por fin era plano con buen asfalto. Comencé a rodar por lo que llaman la ruta del vino, pues hay bastantes viñedos y mucho tabaco, la temperatura es un poco alta y más que ya estaba adaptado al frio del altiplano. Este día rodé casi 100 km, tiempo sin rodar tanto y tan rápido, pero las condiciones geográficas se prestaban para hacerlo. Llegue a un pueblo llamado La Viña; en casi todos los pueblos de Argentina podemos encontrar campings municipales donde se puede pasar la noche con la carpa sin tener que pagar, lo cual me convenía mucho y La Viña no fue la excepción. Pude pasar una noche tranquila sin mucho frio, viendo los partidos de football de un campeonato local de niños menores de 8 años.
La mañana siguiente después de un buen desayuno me dispongo a pedalear con idea de llegar a Cafayate bien conocido por sus vinos, viñedos, bodegas y lugares turísticos para visitar. El camino fue algo pesado por el sol, mucho calor. Pase por muchos lugares bastantes curiosos, con una variedad geográfica bastante interesante, unas de las que me llamo la atención fue la Garganta del Diablo que no es más que un cañón entre las montañas creado por el agua atreves de los años, también pase por Casas de Loros, una roca con una gran cantidad de huecos donde mucho loros anidan y/o viven, Los Castillos, formaciones rocosas de color rojizo intenso que dan idea de una gran fortaleza. Luego de unos 100 km y algo logré llegar a Cafayate un poco cansado y muy acalorado y rápidamente me fui hacia información turística preguntando donde quedaba un viñedo artesanal llamado Utama, que me había recomendado uno de los dueños que conocí en Perú. Fácilmente pude llegar y hable para quedarme unos días ya que era 23 de diciembre y quería pasar la navidad en lugar agradable jejeje. Amablemente Mau, la dueña, no tuvo problema para darme un lugar donde poner mi carpa y rápidamente me integró al grupo que estaba allí. Utama es una granja orgánica donde participan personas voluntarias a cambio de conocimiento, estadía y comida. Por lo que me encontré con 3 franceses, 2 estadounidenses y una canadiense más los trabadores de la granja.
Los vecinos a la granja también vinieron a festejar las fiestas en Utama. Tuvimos una navidad llena de comida, muchas risas y mucho vino, era un encuentro internacional y el intercambio cultural fue impresionante al cual le saque mucho provecho. Luego de que terminó la comida y casi todo el vino nos fuimos a la rumba de la ciudad y ya temprano por la mañana fue que me pude acostar en mi carpa ya todo vuelto….
Después de descasar dos días de la gran fiesta fue hora de seguir hacia el sur ya por la muy nombrada Ruta 40. Esta ruta presenta una variedad de paisajes pero la gran mayoría es desierto con mucha brisa en contra a partir del medio día. Fueron 100 km los que rodé hasta llegar al pueblo de San José, el camino fue algo de asfalto (30km) y luego empezó algo de tierra ya que este tramo estaba en construcción. El sol fue implacable pero sin mucha brisa para mi suerte. Ya listo para buscar donde acampar me fui a comprar algo de comida para cocinar y la señora que me atendió tuvo una facilidad para meterme miedo de que habían gente mala por ahí y toda la historia que siempre me cuentan pero en este momento no me gusto así que sigue pedaleando hasta que encontré una casa que me pareció la ideal para pedir un permisito para acampar. Tan a gusto pase mi noche en ese lugar que me desperté un poco tarde para lo que ya me había acostumbrado y también porque la brisa empezaba en la tarde.
Por la pereza de no levantarme más temprano pague el alto precio de una brisa bastante fuerte que después de mucho esfuerzo, de arena en mis ojos y la monotonía del paisaje árido tuve que darme por vencido a los 55 km donde había un casa que al parecer estaba ahí para ayudarme a resguardarme de la brisa. Pero no todo fue así de simple, el lugar que me facilitaron era un antiguo refugio para la gente que con el tiempo se había convertido en uno para ovejas, así que tuve que dormir prácticamente sobre sus excrementos.
Aprendí la lección, pues al día siguiente muy temprano ya estaba despierto cocinado mi gran desayuno (pasta con jurel) y listo para continuar con mi trabajo diario, pedalear y pasarla bien jejeje. Luego de unos 40 km empezó un camino de tierra un poco malo que continuo por unos 50 km más. En camino aunque desértico no fue tan aburrido pues hubo subidas buenas, montañas lindas, y tuve que parar a reparar un neumático que se me había desinflado y una alforja la cual perdió dos tornillos importantes. Después reparar y seguir el camino empezó nuevamente el asfalto y todo se hizo más fácil jajajaj. A pocos kilómetros me encontré un español que venía desde el sur con el cual pase unos 45 min hablando. Hasta que llegue a Belén fueron uno 116 km sin mucha brisa, fui a tomarme una coca-cola para rehidratarme jajaja y un helado para renovar todas mis energías perdidas. Llegue a una casa a pedir que me dejaran armar mi carpa y pasar la noche, mientras cocinaba empezó a llover de una manera impresionante y me demostró que mi casita ya no era a prueba de aguaL. Los dueños de la casa muy amablemente me ofrecieron que me alojara en una casa en construcción de un familiar de ellos para resguardarme de tanta agua que no paró durante la noche.
Desde Belén seguí mi travesía por la ruta 40 hacia el sur, por esta zona ya había mucho mas arboles, un poco menos calor y viento. A esta altura ya había recorrido varias provincias de argentina y según los pobladores estaba pasando por una de las más lindas del norte de argentina, San Blas, al parecer es un clima de arboles y abundante vegetación gracias a varios ríos que pasan por la zona. Me quede en una población muy pequeña llamada Andolucas en el camping municipal junto a una pareja de artesanos con quienes compartí muy agradablemente el resto de mi día hablando de la situación social en general y bebiendo mate.
Último día del 2010, camino a Chilecito, me toco una subida muy suave pero bastante larga aparte de que estaba cansado del día anterior por lo que fue algo pesada. Aquí el sol me acompaño todo el día brindándome mucho calor. Realmente no disfrute mucho este camino por mis condiciones, sentía mucho deseo de terminar este día. Después 110 km llegue y sin pensarlo mucho llegue a un hostal para no estar molestando a persona en un día como estos (fin de año). En el hostal me encontré con dos alemanes que viajaban en moto así que con el pasaría el año nuevo con ellos. Fuimos y compramos una botella de vino, pan, jamón y queso y con eso hicimos nuestra gran cena. Después de escuchar todos juegos artificiales y hablar con mi familia me fui a dormir ya que estaba algo cansado. Al día siguiente, 1 de enero del 2011 a un año de mi partida de en bicicleta a eso de las 6 am de la mañana me despierta un temblor algo largo jajaja por lo que pensé; que buena manera de empezar el año. Aunque tenía la idea de seguir preferí quedarme un día más descansando y comiendo helado.
Nuevo año y con pilas nuevas seguí mi camino con la meta del día de llagar a Villa Unión la cual logré después de pedalear 113 km y pasar por la cuesta de Miranda la cual es de tierra, con grandes subidas pero con un paisaje espectacular. Logre hacer camping al lado de una estación de servicio de Villa. Al día siguiente salí hacia Huaco sin haber comido mucho y buscando donde desayunar. Después de unos 45 km encontré un pueblo llamado Guandacol y me comí dos sándwich mas mi respectivo postre para después seguir pedaleando hasta que me encontré un francés que viaja también en sentido contrario al mío, estuvimos hablando por un buen rato, el explicándome lo que me venía y viceversa. Después de unos cuantos kilómetros más me encontré con otro cicloviajero alemán que viajaba hacia el norte también con el que hable pero no mucho, ya sentía que iba un poco tarde y el viento me podía regañar jejeje. No fue hasta que rodé unos 125 km que llegué a Huaco donde me dirigí a un puesto policial que me dio permiso para acampar al lado de la estación debajo de un camión para protegerme de una supuesta lluvia.
Después de arreglar todas mis cosas empezaron a girar mis neumáticos pero tan aprisa como quisiera, la subida que me toco aunque era de asfalto no fue tan fácil, pero nada comparado con Bolivia, etc. Sin ser muy larga me pare en la cima a tomar unas fotos para ustedes mientras otras personas me preguntaban lo de siempre. Empezó el descenso relativamente relajado, en un camino desértico, con muchas capillas de la virgen de la Difunta Correa, la cual según la historia murió de sed en el desierto argentino. Luego de unos 70 km me paré a comer algo cuando se pararon una pareja de argentinos que también viajaban en bici, según mis cálculos especuladores, la pareja era de una edad entre los 40 y 50 años, lo cual me pareció excelente. No paso mucho cuando me encontré pedaleando contra mi mejor amigo o mi peor enemigo, el viento, me recordaba cuando pedaleaba por Bolivia con la diferencia que no había subida y todo estaba asfaltado. No podía creer que no podía pedalear mas, de verdad que es una lucha contra ti mismo ya que tu humor se vuelve un poco pesado y hasta comienzas a hablar con no sé quien casi que maldiciendo todo L, aquí es donde viene el aprendizaje del viaje, tratar de controlar todos estos impulsos y lograr superarlos sine entrar en conflictos, es fácil decirlo pero hacerlo después de varios días viendo un paisaje medio monótono, sin hablar con mucha gente y un sinfín de cosas que te pasan por la mentes cuantos cuando viajas. El hecho fue que decidí parar porque estaba haciendo un esfuerzo grande sin avanzar mucho así que preferí relajarme y seguir mañana con mejor humor jajaja. Y como siempre me premia el destino cuando tomo decisiones como estas apareció un refugio de la Difunta Correa.
En el refugio había un colchón tirado en el piso, unas paredes de lata (especie de bambú), electricidad, una mesa y un viento que me tenía loco. Dos horas luego de haberme parado empezó lo que yo llamo una tormenta de arena que me tuve que esconder en el saco de dormir para salirme de él unas 10 horas después cuando amaneció, con todo cubierto de arena. Así que tuve una nueva vivencia en el pueblo argentina que no había tenido nunca en mi vida.
Sin comer nada empecé a rodar hasta el pueblo que quería llegar el día anterior Talacasto. Fue aquí donde desayune y empecé mi ruta hacia San Juan y que después de una gran subida y unos 112 km llegue. Estaba cansado de rodar tantos kilómetros por tantos días y de aquí pensaba hacer mi ruta hacia Chile, pero no todo fue como imagine. Aquí pensé que terminaba esta etapa de la ruta 40 y continuaba por la ruta 12 que se internaba en la montaña pasando por un parque nacional y un observatorio, pero al averiguar bien me entere que esta ruta estaba cerrada desde hace 10 años, no entiendo como sabia yo de que esta ruta existía jajaja. Pase 4 noches en el hostal San Juan en el cual conocí mucha gente que viajaba y compartí con varios de ellos mientras me alimentaba y cambia mi menú diario jejeje.
A la final decidí seguir hasta Mendoza por la ruta 40 y de allí tomar el paso más concurrido de Argentina-Chile, paso Libertadores. Sabia que me enfrentaría a mucho carros y muchos camiones pero bueno así es la vida del ciclista. El 10 de enero salí hacia Mendoza lo cual hice en un dia rodando unos 183 km por lo cual quede muerto y en si no me dio tiempo de conocer nada de según la gente tan hermosa ciudad.
Ya en Mendoza termina esta etapa sobre la famosa Ruta 40, que de seguro tendré que retomar más al sur del País. Saludos y hasta una próxima edición jejeje.